Si usted es como yo, a vísperas de las elecciones ha recibido varios mensajes de WhatsApp, todos “Forwarded many times”, que incluyen comparaciones de las últimas y más verídicas mediciones de varias encuestadoras que están midiendo la intención de voto en Quito para la alcaldía, en Pichincha para la prefectura, en Guayaquil, en Guayas, en Cuenca y otras ciudades, y para las infaltables preguntas de la consulta.
Si nos conocemos y hemos hablado al respecto, usted también conoce mis opiniones sobre las encuestadoras en Ecuador, y las razones por las que no creo que debemos descalificar el trabajo de X simplemente porque está, estuvo, o ha mostrado simpatía con X tendencia política.
Este blog post es sobre Quito.
Tal como lo estoy leyendo —y seguro esto no es ningún descubrimiento— hay un empate entre Jorge Yunda y Pabel Muñoz, y del pelotón de Luz Elena Coloma, Andrés Páez y Pedro José Freile, parece ser Freile quien está despuntando.
(Lo de Yunda y Pabel no es un “empate técnico”. Coloquialmente, empate técnico sería si en la estimación ambos estuvieran en el mismo número con poca diferencia. Es un empate porque la distancia del uno con respecto al otro es menos que el doble del margen de error de las encuestas respectivas. Esa es la rule of thumb)
En esta incertidumbre, déjeme ofrecer parámetros como agarraderas para por lo menos cogernos de algo, y presentar hipótesis de lo que creo que son escenarios probables.
El punto aquí no es —nunca es— acertar, sino equivocarse con claridad, es decir, siendo claro y explícito con los supuestos, describiendo claramente los mecanismos, y especificando las preguntas clave con respecto a lo desconocido. Sin hipótesis y preguntas claras antes de las elecciones, no se puede hacer análisis sensatos post-elecciones.
Aquí mis hipótesis, y más abajo mis preguntas sobre aquello a lo que le estoy poniendo particular atención:
(1) Los dos candidatos que disputan la alcaldía son Jorge Yunda y Pabel Muñoz, pero
(2) Pabel tiene una ventaja marginal, y por cierto
(3) Pedro José Freile tiene una posibilidad real, pero relativamente menor probabilidad
A principios de enero, cuando recién iniciaba la campaña, publicamos este análisis sobre el escenario más probable dados los resultados de las elecciones de 2019. El análisis era el punto de partida. Literalmente, si lo único que supiéramos fueran los resultados de 2019, qué deberíamos esperar en 2023. Era el trazado de la cancha, la descripción de las condiciones estructurales a las cuales se enfrentan los candidatos en su campaña (a través de “su agencia”, como diría un sociólogo).
Después de un mes de campaña, hemos aprendido varias cosas.
Si es que en algún punto había dudas sobre cómo iba a ser la partición del voto de la Revolución Ciudadana entre Luisa Maldonado y Pabel Muñoz, parece ser que casi todo el voto de la RC se lo lleva Pabel. Además, parecería que el voto de Maldonado en 2019 fue mayormente voto por la marca de la RC y menos por la candidata como individuo. Esto nos lleva a mirar con lupa la votación de Luisa Maldonado.
En el mismo 2019 ya hubo indicios. Luisa Maldonado tuvo un déficit con respecto a la votación de Paola Pabón, que también fue candidata de la RC pero para la prefectura, en casi todas las parroquias. En prácticamente todas las parroquias, Paola Pabón sacó mayor votación que Luisa Maldonado. Mire la figura.
En total en Quito, Pabón sacó casi 30 mil votos más que Maldonado —ese es el déficit. Piénselo. Casi 30 mil personas votaron por Paola Pabón para prefecta, pero optaron por una opción distinta a la propia candidata de la RC para alcalde.
La pregunta es por qué.
Una hipótesis es que Maldonado, como individuo, era menos percibida como asociada a la marca RC, hizo menos explícita su pertenencia a la Revolución Ciudadana (signaling), o simplemente fue menos eficiente en campaña.
Las deficiencias de Maldonado en 2019 fueron cruciales porque el análisis muestra que en las parroquias de mayor inclinación correísta, a Yunda le fue mejor que a la propia candidata RC. Fíjese en la figura.
Puesto así, las posibilidades de Pabel Muñoz de vencer a Jorge Yunda dependen de su capacidad de captar el voto correísta más eficientemente —lo cual, a su vez, depende de su calidad como individuo y del signaling que indique su pertenencia a la marca—, y del contexto de opinión pública en el que ocurren estas elecciones.
En 2023 el clima de opinión pública es más favorable a la RC que en 2019. Como hemos dicho, esto es porque, entre otras cosas, la baja aprobación del gobierno tiene el efecto mecánico de fortalecer al rival, sobre todo cuando afectivamente es difícil discutir con el eslogan de que “antes estábamos mejor”.
El otro elemento importante de contexto es que en esta contienda hay menos opciones alternativas compitiendo en el mismo espacio del espectro que la RC. Me refiero a lo siguiente.
La clave está en cómo se absorbe el voto de las “alternativas” esta vez.
La votación de Maldonado en 2019 se aproxima a la votación de Arauz en 2021. Las alternativas en 2021 eran Xavier Hervas y Yaku Pérez. Piense en los resultados de 2021 en primera vuelta y recordará que los votos del correísmo y de Lasso se desgranaron en dirección de Hervas y Pérez.
De cara a las seccionales 2023, si Yunda mantiene el nivel de las elecciones anteriores y Luisa Maldonado (2019) es un proxy para el piso de la RC en 2021, la pregunta es quién va a absorber el voto “alternativo”, ESTA VEZ QUE PACO MONCAYO NO ESTÁ EN LA PAPELETA!
Todo depende de la naturaleza de ese voto alternativo. Si ese voto es el voto desencantado con la política, o el voto anti política, entonces Pabel la tiene difícil y Yunda (o Freile) tienen la ventaja.
Pero lo que creo es que, aquí la hipótesis, buena parte de ese voto alternativo no es anti política sino más bien progresista pero no RC. Es el electorado de inclinación afectiva progresista pero que no ha querido dar su voto al correísmo en los últimos dos años. Dado el contexto actual, donde el viento sopla en favor del correísmo al compás del “después de todo antes estábamos mejor”, la hipótesis es que la mayoría de esos serán votos transferibles a la RC. Esa es la ventaja marginal de Pabel y la razón por la que creo que puede vencer a Yunda.
Si nos jalamos, lo sabremos el domingo. Además sabremos que este fue el supuesto donde fallamos.
***
Por otro lado, parte de ese voto también irá a Freile. En el mapa, la distribución de la votación de Freile fue bastante parecida a la de Hervas en 2021. Hay un segmento que podría ir a Freile este año, que consiste en parte de lo que fue a Hervas 2021 y Moncayo 2019.
Como planteamos en una entrega anterior, el apoyo mayoritario de Freile está en el electorado diametralmente opuesto: es el que votó por Montúfar en el 2019 y que ahora se está repartiendo entre Freile, Páez y Coloma.
La desventaja de Freile es, como ya hemos dicho, que ese apoyo está en parroquias medianas donde simplemente hay menos votos.
La ventaja, y esta es la razón por la que podría dar una sorpresa, es que las encuestas son después de todo mecanismos de signaling que apela a ciertos segmentos. Existe efectivamente quien dentro de ese electorado pensaba votar por Páez o Coloma, pero al ver que Freile está arriba (y relativamente cerca) en las encuestas, percibe que Freile tiene más posibilidades y, movido por el anticorreísmo, puede otorgarle su voto y ayudarle a ganar.
Ahí ya es una cuestión de números.